Hoy hablé con mi mamá. Una de esas charlas profundas que usualmente me dejan llorando y muy deprimida. O sea, mas que una charla son reprimendas, "cagadas a pedos" como se diría en dialecto bien argentino. Pero bueno, casualmente no sucedió ésta vez. Lloré, sí, mucho, pero no me sentí mal. De hecho senti por primera vez que de verdad me estaba comunicando con ella. No sé si fue porque elegí las palabras correctas, o porque fue el momento adecuado, pero hoy, pude decirle una de mis inquietudes a mi mamá. Y las dos lo aceptamos. Y una de las cosas más importantes que ella pudo entender, fue que no podía depender de su ayuda, podía apoyarme, pero ésta angustia que yo tenía, dependía sólo de mi para curar. Entendió que realmente estaba mal, y que no necesitaba otro regaño, que me haga sentir peor de lo que estaba, porque la vida se estaba encargando ya de hacerme pagar con éste sentimiento...y como que ahora ella no podía meterse en ésto, era una batalla que yo tenía que lidiar. Fue extraño, me llenó de más angustia, pero sin embargo me hizo sentir como si creciera...
Muchos se preguntarán por qué decido escribir éstas cosas públicamente..."Quiere llamar la atención"; "Es una emo de mierda"; "Es la adolescencia y pierde el tiempo"; "Que vaya a laburar"...es tipicamente lo que yo pensaría si leyera una de éstas cosas. Pero...gente que me lee, tengo que decir que realmente estoy mal, y si escribo ésto no es porque necesite mostrarselo al mundo, sino porque creo que estoy, en cierta manera, acompañando a aquellos que no saben describir lo que sienten, sus problemas, o aquellos que necesitan una escapadita de su propia angustia...siento que estoy compartiendo con el resto de las personas algo mío, pero en beneficio de no hacerlos sentir tan sólos...como que sepan que hay alguien más, como yo, que le sucede ésto, y que quiere compartir mis avances y mis enseñanzas con ellos. Además de que yo misma cuando relea ésto habre de haber aprendido algo. Siempre releo lo que escribo, porque a veces me sorprendo...asi que aclarado ésto...continúo.
Todo empezó con un libro que empecé a leer ayer, "La última lección" de Randy Pausch, algunos lo conocerán seguramente. Es muy buen libro, se los recomiendo. No es que esté buscando libros de autoayuda ni nada, pero éste captó poderosamente mi atención. Tal es así que hoy ya voy casi por el final jajaja...asi que bueno, trata sobre cómo un hombre con cáncer terminal encara su vida de una manera alegre, sin importarle las adversidades. Pero lo cuenta de una manera que a uno lo hace sentir como parte de todo eso, lo cuenta de una manera que hasta uno mismo se olvida de que ese hombre tenía ese trágico destino. Lo que pasa es que el no veía que se estaba por morir...el veía que tenía mucho por lo que vivir aun. Mi admiración es grande. Y ese hombre existió. Vivió. Eso es más importante que todo. Porque significa que es posible, que es real lograrlo todo, con tal de nunca dejar de soñar. Nunca hay que dejar de soñar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario